Por: JNFR Todo en esta vida es pasajero. El tiempo pasa y es inevitable que con el se lleve muchas cosas. Esto en ocasiones nos frustra y nos aflije. Pero no debes sentir tristesa pues recuerda que sobre todo esto siempre está la palabra de Dios. Y no me refiero únicamente a la Biblia en el hecho de que es texto escrito en papel, sino al hecho de que contiene la mismísima palabra que nació en el corazón de Dios y salió de su boca para con nosotros, su más importante creación. Esta contiene sus promesas. Las cuales él nunca dejará de cumplir pues eso lo haría mentiroso, y esto es imposible pues va en contra de su naturaleza Santa. Cuando pierdas algo, o a alguien, recuerda que aún nuestra vida en esta tierra tiene su fecha de expiración. Pero por otro lado, jamás olvides que lo que Dios ha dicho para tu vida no expira, y a la medida que tu le des el espacio para que él obre, esta palabra se hará realidad en tu vida. Yo no te conozco, pero Dios si. No se tu historia pasada ni tampoco eso que hoy te trae aflicción. Pero si conozco lo que Dios desea para sus hijos. Dios desea para con nosotros que lo amemos a él por sobre todo, y nuestros semejantes como a nosotros mismos. Él sueña que por medio de él podamos encontrar la paz inimaginable que nos lleva a la felicidad. Él nos dijo que la aflicción es inevitable, pero también nos ordeno a no temer y confiar pues él ya ha vencido, y no nos dejara solos para que junto a él nosotros también seamos vencedores de nuestros males. Sin importar cuantas veces hallas escuchado esto, su palabra no tiene fecha de expiración. Fue dicha y será cumplida. Puedes perder todo, menos tu confianza en él y la esperanza de que lo que él ya declaró para ti y los tuyos será. Solo te fe y esperanza en su palabra. Romanos 5: 1-5 (NVI)
Paz y alegría En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y no solo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado. Los comentarios están cerrados.
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Marzo 2019
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