Por: Antonio Gume Le pregunta al abuelo:
-Abuelo... ¿Qué me dices de los valores? Y me dijo: -Son las enseñanzas que aprendemos y vivimos en nuestras vidas, que nos ayudan a relacionarnos con los demás, en la familia, en la sociedad y con uno mismo. -¿Abuelo y para qué sirven? Te diré... teniendo buenos valores nos desempeñamos mejor en la vida. -Y ¿En qué te ayudan? Te hacen abrir puertas en tu caminar en la vida. Por que los valores son tan costosos que no se venden. Por: JNFR Desde hace décadas nuestra sociedad se está viendo amenazada por la imposición de la ideología de género. Ideología que se disfraza bajo el discurso de una llamada equidad y a favor de la mujer pero que en su núcleo solo busca propagar una agenda que destruye nuestra identidad humana. Esta agenda se ha establecido en diferentes países, fracasando en lo que tanto alardea, de ser capaz de erradicar la inequidad entre los sexos y la violencia contra la mujer. En los pasados cinco años en nuestro país se ha levantado una ola de legilaciones a favor de esta ideología que carece de veracidad científica. El experimento principal de esta teoría precisamente fue uno fracasado para los años '60. Y esta agenda ideológica, más que a nadie, amenaza a los seres más vulnerables de nuestra sociedad, a nuestros niños y jovenes. Por esto, Visión Encuentro a trabajado en los pasados años de manera incansable para educar acerca de la verdad del género, acerca de eso que los políticos ni los activistas de la ideología dicen.
Hemos impulsado diferentes proyectos y campañas como: #yotengoidentidad , #NoalGénero, el libro y manual "La revolución de la Verdad " y ahora este año comenzamos la parte 2 de la campaña #noalgenero donde continuaremos educando acerca de la verdad del género. Nuestros niños y jóvenes merecen saber la verdad. Somos responsables de darle un voz fuerte y contundente ante los ataques a su identidad. Así que esperen en estas semanas nuestra campaña donde le decimos una vez más #NoAlGenero. Por: José Santana Todos hemos sido obsequiados con el canto de un ave, en la mañana o tal vez al caer la tarde. Cuando cantan las aves lo hacen para agradar a Dios y a toda la humanidad. Pensemos que un ave canta en la rama de un árbol cerca de una o varias personas, creemos que eso es todo, pero en el mundo millones de aves están cantando a la vez y todas entonan y no olvidan sus melodías.
Al pasar un disturbio atmosférico las aves se desorientan por un tiempo breve, no encuentran donde descansar. El hombre olvida que necesitamos de las aves. Se cree que observando las aves el hombre aprendió a cantar y bailar. El ruiseñor por ejemplo, posee uno de los cánticos más melodiosos. Aprendamos a cantar, bailar pero también debemos aprender a agradar a Dios como lo hace el ruiseñor que puntualmente despierta, adora y bendice a Dios. Son muchas las cosas que podemos aprender, todavía estamos a tiempo. Por: JNFR Cuando hablamos de justicia podemos decir que es un principio moral que ante todo persigue la verdad y que se obre en base de la misma. En nuestra sociedad, existen varias figuras que por medio de códigos y leyes buscan implementar este principio moral; podríamos mencionar jueces, abogados, fiscales, procuradores, entre otros. El fin en común es que se respete y mantenga el orden preestablecido y que cada ciudadano obtenga aquello que le corresponde. En los pasados meses nuestro país, debido a los eventos atmosféricos, a enfrentado una situación crítica fuera de lo ordinario. En este tiempo los servidores públicos de la Policía de Puerto Rico y Policía Municipal se destacaron en su labor realizada. Debemos resaltar que por varios semanas estos servidores estuvieron en jornadas laborales de 12 horas sin días libres, esforzándose por restablecer el orden en la ciudadanía en momentos muy difíciles, con el fin de perseguir el principio moral de la justicia. Sin lugar a dudas esta labor fue sobresaliente y estos individuos, quienes a su vez fueron (y son) víctimas de la crisis, dieron la milla extra por sus compatriotas y país. Sin embargo, a pesar de que la labor realizada fue indudablemente vital para el restablecimiento del orden y por el bienestar común, el Estado falla en hacer lo justo a ellos, incumpliendo con el pago de horas extras para estos servidores públicos. Es así como llegamos a esta paradoja, donde el Estado se vuelve incongruente diciendo que cree en la justicia, pero no siendo justos con aquellos que arriesgan su vida día a día implementandola en las calles de nuestra isla. El pago de hora extras ha sido solo la gota que ha colmado la copa en estos funcionarios públicos. Cada cuatro años los aspirantes a la gobernación hacen promesas para estos servidores quienes no tienen derecho a huelga por la naturaleza de su trabajo. Para colmo, su sistema de retiro es trastocado de manera insólita. Entonces, a pesar de que su labor es vital para el buen funcionamiento del país, y reconocemos que el trabajo realizado en las pasadas emergencias fueron indispensable, el gobierno selectivamente resalta la ola de ausentismo y públicamente da ultimátums acerca de las consecuencias por las ausencias injustificadas. Ahora bien, no malinterprete, no avalamos el ausentismo injustificado, pero queremos resaltar la desvalorización de este gobierno hacia estos servidores, los cuales muchos de ellos sí han tenido consecuencias en su salud física y emocional a causa de la ardua labor realizada en los pasados meses, que a la fecha de hoy, no se les ha pagado. Todo obrero es digno de su salario. Así que nos unimos al grito de estos servidores quienes demandan JUSTICIA. “Ahora bien, cuando alguien trabaja, no se le toma en cuenta el salario como un favor, sino como una deuda.”
Romanos 4:4 NVI Por: Vanesa Pimentel Estoy parada frente un gran árbol, frondoso, todas sus hojas están verdes, ninguna ha caído. Su tronco es grande, robusto, demuestra la fortaleza que los años y la resistencia en los tiempos difíciles dan. Su copa esta llena de muchas, grandes y apetitosas frutas. Este es mi Árbol de Bendiciones. Si, es mío su creador me lo dio. No era así, tuve que cultivarlo, abonarlo, podarlo y regarlo muchas veces con mis propias lágrimas. Porque aún en tiempos de sequía, era necesario y vital preservar su vida, aún sintiendo que perdería la mía. He pasado muy buenos momentos bajo su sombra descansando en los verdes pastos que a su alrededor han crecido. Hay también ha sido mi refugio. Pero cuando han caído sus preciados frutos en mis manos, los he devorado con gran pasión. Han saciados mi alma y alegrado mi corazón. Soy feliz por que su creador me ha hecho bien con el. Hoy estoy frente a el y esta tan grande que no puedo asir con mis manos sus ramas. Voy a necesitar un esfuerzo sobre natural para alcanzar mi fruto-bendición. No hay tiempo para dudar yo se que sus hojas me sanará y su fruto me sostendrá. Hoy mi Árbol de Bendiciones esta más robusto y lleno de frutos que nunca antes. Y eso solo significa que ante mi necesidad tengo que ser mas fuerte que nunca, para arrebatar mi bendición. Ese hombre es como un árbol plantado a la orilla de un río, que da su fruto a su tiempo y jamás se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hace, le sale bien!
Salmos 1:3 DHH |
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Marzo 2019
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