Por:JNFR Amado Dios: Hoy más que nunca deseo tomar un tiempo de manera intencional y consciente para agradecerte. Es difícil decidir por donde empezar y tratar de no olvidar algo, pero le daré un intento. Primero quiero agradecerte por tú amor. Ese concepto tan abstracto que sobrepasa nuestras capacidades intelectuales para describirlo de manera que haga justicia a la verdad. Eso que es tú esencia, lo que te mueve a actuar a favor de nosotros aún cuando no somos dignos de ello. Ese amor incalculable que desde los inicios de nuestra historia como humanidad te ha movido a misericordia, y eventualmente a gracia. Esa gracia que nos regaló a Jesús, nuestro Salvador y Señor. Esa gracia que nos regala segundas, terceras, cuartas… oportunidades. Esa gracias que nos abraza en los momentos que pensamos que todo acabó. Jamás existirán palabras para describirte a ti, ni tus maravillosos atributos, pero hoy decido agradecerte por ellos y por quien eres Señor. En segundo lugar, quiero agradecerte por mi vida. Por el hecho de que estoy en esta Tierra y respiro. Quiero agradecerte por mi cuerpo, mis extremidades, mis órganos y mi cerebro. Gracias, por que me creaste con un diseño perfecto y me equipaste con lo necesario para enfrentarme al mundo. Reconozco que no todos han tenido el mismo privilegio que yo, así que te agradezco por mi salud. Gracias por que no me hiciste semejante a los animales, sino a ti, la perfección. Gracias porque me regalaste un alma y un espíritu los cuales me permiten acercarme cada día más a ti y a mis pares. Tercero, te agradezco por todo lo que me has dado. Soy bendecida con una familia, con amigos, con un trabajo, cosas que no todos pueden disfrutar, cosas que me hacen sentir inmerecida, pero a la vez bendecida. Te agradezco por la libertad que disfruto cada día. Gracias porque puedo elegir mi carrera profesional y perseguirla sin mayores obstáculos. Gracias porque puedo elegir de una gama de opciones que comer en cada comida del día y tengo el agua disponible para consumo en cualquier instante del día. Son esas pequeñas cosas, que parecen comunes y que en ocasiones pensamos que son derechos por las cuales deseo tomar un segundo de esta conversación y resaltar mi gratitud. Reconozco que soy más que privilegiada al tener tanto, y que cuando me quejo por lo que no tengo, pareciera que no soy conforme, pero hoy te digo Señor que estoy más que agradecida por cada detalle que compone mi vida y que aportan a mi bienestar como individuo. Por último mi Dios, quiero agradecerte por todas esas cosas que has hecho por mí y por lo que harás. Te agradezco por las peticiones contestadas, pero también te agradezco por las veces que hiciste grandes cosas por mi sin que tan siquiera las pidiera. ¿Recuerdas esos años en los cuales vivía sin pensar en ti y aún así tu me amabas? Te agradezco por ellos. También por todas las veces que hoy puedo recordar que me cuidaste, o me sostuviste sin que yo te lo pidiera. Cosas que no tienen sentido para mí, pero se las adjudico a tu amor inefable. Te agradezco por lo que ha de venir. Aunque muchos viven con miedo al futuro, yo no puedo esperar por el. La idea del mañana junto a ti me trae esperanza. Todo en esta Tierra puede derrumbarse, los sistemas, la economía, etc., pero si yo se que tú estarás conmigo en el proceso (de lo cual no tengo dudas), aún así hay algo (más bien alguien) bueno en lo cual depositar nuestra fe, confianza y esperanza, y eres tú mi Dios. No me importan los pronósticos, me importan tus promesas. Tú nunca fallas, y estoy más que agradecida por eso. Visión Encuentro Blog ©2016
Los comentarios están cerrados.
|
VISIÓN ENCUENTROEs un sitio que plasma un análisis acerca de temas de interés basados en una visión divergente. Buscamos ampliar el estudio de temas actuales y exponer otros puntos de vista. Archivos
Marzo 2019
Categorias
Todo
Visión Encuentro Blog ©2018
|