Por: JNFR No se alarmen, pero en cierto sentido, las bendiciones tienen algo en común con el pecado. Me explico. Cuando vemos la acción de pecar, aunque el humano haga lo contrario, sabemos que para Dios todos son de igual peso. Nosotros hacemos un juicio valorativo mediante las consecuencias más graves o permanentes del mismo, pero en fin, pecado es pecado, está mal y nos resta bienestar individual y colectivo.
Cuando de las bendiciones se trata, hacemos lo mismo. Miramos la bendiciones y la medimos por su impacto directo a nuestra persona. Esto hace que ignoremos las cosas pequeñas que parecen automáticas y merecidas, pero que en efecto son bienes que Dios nos otorga. El entender que todos los pecados son igual de malignos para mi y mis prójimos restará "excusas" para cometerlos y nos trae conciencia de su consecuencia en cuanto nos aleja de Dios sea cual sea. El aceptar que las bendiciones todas, sin hacer comparecen ni juicio valorativo, son en efecto bien para mí, me ayudará a ser más agradecido y apreciar la gracia que proviene de Dios. Esta combinación que comienza en nuestra conciencia, en la aceptación y se guía por la decisión de mirar a través del foco de Dios, nos ayuda a vivir de manera plena, libre de pecado alguno y de manera optimista y agradecida pues siempre recibimos más de lo que merecemos. Los comentarios están cerrados.
|
VISIÓN ENCUENTROEs un sitio que plasma un análisis acerca de temas de interés basados en una visión divergente. Buscamos ampliar el estudio de temas actuales y exponer otros puntos de vista. Archivos
Marzo 2019
Categorias
Todo
Visión Encuentro Blog ©2018
|