Por: Vanesa Pimentel Estoy parada frente un gran árbol, frondoso, todas sus hojas están verdes, ninguna ha caído. Su tronco es grande, robusto, demuestra la fortaleza que los años y la resistencia en los tiempos difíciles dan. Su copa esta llena de muchas, grandes y apetitosas frutas. Este es mi Árbol de Bendiciones. Si, es mío su creador me lo dio. No era así, tuve que cultivarlo, abonarlo, podarlo y regarlo muchas veces con mis propias lágrimas. Porque aún en tiempos de sequía, era necesario y vital preservar su vida, aún sintiendo que perdería la mía. He pasado muy buenos momentos bajo su sombra descansando en los verdes pastos que a su alrededor han crecido. Hay también ha sido mi refugio. Pero cuando han caído sus preciados frutos en mis manos, los he devorado con gran pasión. Han saciados mi alma y alegrado mi corazón. Soy feliz por que su creador me ha hecho bien con el. Hoy estoy frente a el y esta tan grande que no puedo asir con mis manos sus ramas. Voy a necesitar un esfuerzo sobre natural para alcanzar mi fruto-bendición. No hay tiempo para dudar yo se que sus hojas me sanará y su fruto me sostendrá. Hoy mi Árbol de Bendiciones esta más robusto y lleno de frutos que nunca antes. Y eso solo significa que ante mi necesidad tengo que ser mas fuerte que nunca, para arrebatar mi bendición. Ese hombre es como un árbol plantado a la orilla de un río, que da su fruto a su tiempo y jamás se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hace, le sale bien!
Salmos 1:3 DHH Los comentarios están cerrados.
|
VISIÓN ENCUENTROEs un sitio que plasma un análisis acerca de temas de interés basados en una visión divergente. Buscamos ampliar el estudio de temas actuales y exponer otros puntos de vista. Archivos
Marzo 2019
Categorias
Todo
Visión Encuentro Blog ©2018
|